viernes, 15 de julio de 2016

Warcraft: el primer encuentro de dos mundos

Título original: Warcraft: The Beginning. Género: Fantástico/Aventura. Dirección: Duncan Jones. Guión: Charles Leavitt, Duncan Jones (Historia: Chris Metzen). Reparto: Travis Fimmel, Paula Patton, Ben Foster, Dominic Cooper, Toby Kebbell, Ben Schnetzer. Duración: 2 horas 3 minutos. Clasificación: + 12 años. País: USA
Duncan Jones, hijo del desaparecido David Bowie, y quien ya había ofrecido títulos como cineasta en “Código Fuente” (2011) o “Moon” (2009), es un director consciente de que las adaptaciones de
los videojuegos de por sí poseen un conjunto de prejuicios negativos, por parte de los fanáticos de los videojuegos, los que pueden aplastar cualquier asomo de interpretación cinematográfica.
Adaptar el famoso videojuego Warcraft ha sido una tarea de casi  remachar las fisuras interpretativas que siempre se han dado en estos casos.
Las comparaciones vienen al vuelo puesto que Warcraft no es “El señor de los anillos”, aquella proeza realizada por el neozelandés Peter Jackson y que es hoy un referencial de los mundos atiborrados de especies escupidas por las mismas entrañas de la tierra.
Lo que hay que aclarar es que Duncan Jones trata de reflejar fielmente el universo creado por Blizzard, no el de Tolkien. Por esto sus similitudes van por la trayectoria no imitar sino más bien de abrir un nuevo universo para esta historia.
La misma habla de la Primera Guerra, el primer choque abierto entre los humanos y los Orcos. El reino de Azeroth está a punto de entrar en guerra. Al abrirse un portal que conecta ambos mundos, un ejército se enfrenta a la destrucción, y el otro, a una aniquilación total.
Jones busca alimentar la curiosidad de los fans dejando establecido el perímetro argumental que marca toda la trayectoria de la historia, suavizando los pasajes rudimentarios del videojuego y armonizando el conflicto central de los personajes.
La visual frenética que posee el filme tiende a inspirar los corazones de los fans y a impresionar al público ajeno a las virtualidades de los escenarios creados para la consola.
No obstante, su trama es poco densa y hasta superficial, no contiene las rivalidades morales que se pueden construir a través de las relaciones de los personajes y los antagonismos demostrados.
“Warcraft” puede que se quede a medio camino de la vitalidad de un filme que desea ser una crónica épica, pero que se queda como un buen espectáculo en 3D y nada más.
fuente acento.com

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